La viscoelástica es un material que reacciona a la presión del cuerpo. Cuando nos tumbamos sobre ella se adapta al cuerpo reduciendo la presión en el descanso, y liberando al cuerpo.
Esto se traduce en un descanso más cómodo en el que no tenemos que cambiar tanto de postura durante el sueño al no tener presión, y con una mejora de la circulación sanguínea.
La densidad de la viscoelástica es la cantidad de viscoelástica que tiene un colchón por metro cúbico y que va directamente relacionada con el peso del colchón.
En el descanso se traduce en que los colchones de viscoelástica de alta densidad son más firmes, con una mayor capacidad de adaptación al cuerpo y con mayor poder descontracturante.
Los de densidad media son un poco menos firmes y la viscoelástica se adapta con mayor rapidez al cuerpo, aunque tienden a mostrar menor capacidad de acogida y descontracturan menos.
Los colchones de viscoelástica de densidad baja tienen como característica que la viscoelástica es más blandita y tienen menos capacidad de acogida al cuerpo por lo tanto recuperan su posición inicial muy rápidamente en cuanto dejan de recibir presión.